Por: Angulo Torres Melchisedech.
Recuerdos de un México siempre fiel.
Los estudios sociológicos (en algunos casos) pueden contribuir a dos cuestiones, a saber, para la defensa de la religión y en la conservación de la patria. Hoy se habla de una continuación de las religiones en la medicina; y de que el capitalismo ya no necesitaría del Estado para funcionar. Siendo aristotélicos, nos clasificamos junto con las abejas y hormigas como animales políticos.
Los seres religiosos son la clase de artistas más elevada que existe. Pues tienen tan desarrollada su capacidad espiritual que ven en el arte su actividad metafísica por excelencia. Hace falta (aparte de mayor sensibilidad) fidelidad, aunque quizá ello implique negarse a sí mismo, para retomar y continuar una creencia en serio; o al menos para creer en algo.
Así como el patriotismo nos ha abierto los ojos muchas veces; nos ha hecho darnos cuenta de que “Dios aprieta pero no ahorca”, de que en alguna forma, pero veremos la manera por ejemplo de finalizar el año con nuestras tradiciones y en familia, y lo más importante en este modo de pensar es algo que ya se había dicho antes: se trata de ver siempre para arriba y al frente.
Sí, hace falta despejarse, distraerse, hay momentos en que dan muchas ganas de salir (considerando que el encierro es una forma de represión), de darse un respiro, y es aquí en donde encontramos un dilema, por que este momento, es verdad que no se volverá a repetir, pero también está claro que es cuando menos debemos bajar la guardia, al menos por los más vulnerables.
Somos una cultura muy valiente, y no es momento de ponerlo a prueba. También somos un pueblo desprendido, hay gente que en verdad da lo que no tiene, hay pueblos enteros que se aprietan el cinturón todo el año para hacer como se debe la celebración de su localidad, literalmente, son los más, los que se quitan el pan de la boca y este sentido también es el que se debe de contagiar.
No más energías que nos turben, sino armonía preestablecida, menos seducciones negativas y más pensamientos optimistas, hay que combatir los abusos hacia nuestra sencillez, y cuidarnos entre nosotros, por que de menos, circunstancias diferentes no nos caerán del cielo; no olvidar que hay un ángel encima del mal, y así, rescataríamos una naturaleza pacífica en nuestra anatomía.
