26 abril, 2025
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Columnas

SEMILLA DEL FUTURO

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Estamos a unos días de las elecciones en Estados Unidos, un acontecimiento sumamente trascendente para la humanidad, debido a la hegemonía  que aún mantiene este país, por lo que de acuerdo a las condiciones en que se de este proceso, podremos saber por dónde marchara el mundo en las próximas décadas.

 

Recordemos que Estados Unidos a partir de los acuerdos de Bretton Woods en 1944 se apropió del liderazgo económico y político del mundo occidental, acompañado por Europa y Japón, y juntos han liderado  el relato liberal desde la segunda mitad del siglo pasado.

 

Durante la primera mitad del siglo XX, se crearon tres grandes relatos que pretendían explicar todo el pasado y predecir el futuro del mundo: el relato fascista, el relato comunista y el relato liberal. En  opinión del historiador Yuval Noah Harari, “Los humanos pensamos más en relatos que en hechos, números o ecuaciones, y cuanto más sencillo es el relato, mejor. Cada persona, grupo y nación tiene sus propias fábulas y mitos”.

 

El relato fascista quedo fuera de combate con la Segunda Guerra Mundial, lo que llevo a que el mundo viviera desde finales de la década de 1940 y hasta finales de la de 1980, un periodo llamado Guerra Fría, debido al campo de batalla que represento el enfrentamiento entre dos relatos: el comunista y el liberal.

 

No obstante a finales de la década de los ochenta el relato comunista se vino abajo, y entonces el relato liberal se quedó como único y dominante. A partir de la caída del muro de Berlín y del colapso de la Unión Soviética, eventos que dejaron un mundo unipolar en el que convertía al imperio norteamericano en potencia hegemónica. Recordemos que el relato liberal considera la libertad humana el valor más importante, y que toda autoridad surge en último término del libre albedrío de los individuos humanos, que se expresa en sus sentimientos, deseos y opciones. Pero esto no basto y el fin de la historia no sucedió y en 2008 con el impacto de la crisis estructural del capitalismo, el relato liberal comenzó a perder credibilidad y adeptos.

 

Steven Levitsky y Daniel Ziblatt en su libro “Cómo Mueren las Democracias”, publicado por la editorial Ariel en 2018, analizan lo que ha pasado con quien ha liderado el mundo occidental con base en el relato liberal y la democracia, y que en estos momentos se encuentra como ellos dicen “en recesión”, por el abandono a los principios que le dieron vida.

 

Levitsky y Ziblatt, nos mencionan que “hubo que esperar hasta 1965, para que la democracia alcanzara su plenitud en Estados Unidos, y que paradójicamente a partir de ese momento se desencadeno un proceso de realineamiento fundamental del electorado estadounidense que polarizo de nuevo acusadamente a los partidos políticos, que esa polarización se hizo más profunda que nunca desde finales de la época de la reconstrucción posterior a la guerra de secesión, lo que ha desencadenado la epidemia de infracción de las normas que en la actualidad desafía nuestra democracia”.

 

Resaltan, que el periodo comprendido entre 1990 y 2015 fue fácilmente el cuarto de siglo más democrático en la historia mundial, en parte porque las potencias occidentales respaldaron de manera generalizada la democracia. Pero eso podría estar cambiando con Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos, debido a que no solo dejo de ser promotor de la democracia sino que podría convertirse en el destructor de la misma.

 

También existe la preocupación por la aparición de distintos ejemplos de populismo y autoritarismo en diferentes partes del mundo, Gobiernos en apariencia democráticos socavan la independencia del sistema judicial, restringen la libertad de prensa y califican de traición cualquier tipo de oposición, lo que lleva a la pregunta ¿están nuestras democracias en peligro?, y cuando en la pregunta se incluye al país que ha liderado e impulsado la democracia como forma de gobierno en occidente, Estados Unidos, la preocupación del rumbo que tomara el mundo se hace enorme.

 

Además, no hay que olvidar que dentro de este contexto, existe un nuevo escenario geopolítico, en donde la nueva triada del poder mundial está conformada por los Estados Unidos, China y Rusia; en dos bloques que sin ser monolíticos sí se muestran antagónicos en la mayor parte de los casos, lo que podría llevar a un equilibrio precario.

 

Que además, toda la humanidad constituye en la actualidad una única civilización, y toda la gente comparte retos y oportunidades comunes, y que lo que hagan norteamericanos, chinos o rusos, repercutirá en todos los rincones del mundo.

 

Levitsky y Ziblatt, mencionan que la democracia estadounidense alcanzó su plenitud en 1965, pero también de ahí parte su desgaste, hasta la elección de Donald Trump, en donde los principios en los que se había fundado, estaban en el olvido.

 

Por lo que hoy recomiendan no olvidar que la igualdad, el civismo, y la sensación de libertad fueron la esencia de la democracia estadounidense de mediados del siglo XX. Y que esta concepción está siendo atacada. “Por lo que para salvar la democracia de Estados Unidos, los estadounidenses deben restaurar las normas básicas que en el pasado la salvaguardaron, ampliar dichas normas al conjunto de una sociedad diversa, e inclusiva”.

 

Estas recomendaciones son adecuadas, pero se ve complicada su implementación en una sociedad polarizada como la estadounidense en estos momentos, por lo que es sumamente importante ver la forma de liderazgo que puedan adoptar los demócratas, si ganan, y quieren, para lograrlo.

 

Gracias.

 

 

 

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