La Opinión Puebla Columnas SEMILLA DEL FUTURO
Columnas

SEMILLA DEL FUTURO

Ya metidos de lleno en la segunda década del nuevo milenio, tratando de comprender el cambio que vivimos y que por su complejidad e incertidumbre  ya nos presentaba una serie de retos a enfrentar, más ahora con la pandemia que aún nos asecha, con información muy confusa acerca de la vacuna  y con una crisis económica no vista desde la gran depresión en la década de los años treinta, la complejidad tiende a llevarnos al túnel del pánico.

Recordemos que la década anterior estuvo marcada por un lado por la crisis que empezó en 2007-2008 con la implosión del modelo económico adoptado a partir de la década de los setenta, y además marcada por el inicio de la Cuarta Revolución Industrial. Y que al inicio de esta nueva década se ve profundamente influenciada por esos dos sucesos.

Con respecto a la crisis económica en nuestro país, de acuerdo con cifras recién publicadas por el Inegi, de durante 2020, el Producto Interno Bruto (PIB) del País fue de -8.9%, su peor contracción desde la Gran Depresión, de la década de los años treinta.

Enrique Cárdenas, profesor de la Universidad Iberoamericana-Puebla, sostuvo que “es el mayor retroceso desde 1932, un periodo en el que no se sabía qué hacer, pero que el País reaccionó relativamente rápido para hacer frente a la situación y retomó el nivel previo a la debacle en dos años”.

Por otra parte Juan Carlos Moreno Brid, catedrático de la UNAM, afirmo que “La caída económica de 2020 fue fuerte, pero se pudo haber paliado y no se hizo, ya que no se tomaron medidas contracíclicas para apoyar con recursos a la gente y las empresas, aunque el declive en el PIB real de 2020 es la peor caída desde 1932, el choque actual –debido al coronavirus– es el más agudo que ha vivido no sólo México, sino la economía mundial.

Con respecto al reciente informe del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO),  “El nivel de recuperación a nivel nacional es de 86%, 14 puntos porcentuales por debajo del crecimiento esperado sin pandemia.

Además el IMCO mide en forma trimestral el porcentaje de reactivación económica por estado, a través del Indicador de Recuperación Económica Estatal (IREE), que muestra la distancia hacia el camino de crecimiento que perdió en la pandemia.

El medir el impacto económico de la pandemia y la velocidad de recuperación estatal de manera oportuna es crucial para evaluar y mejorar la respuesta de las autoridades. Los estados necesitan encontrar ventajas comparativas y convertirlas en competitivas.

Se definen tres niveles de recuperación para los estados: Alta: muestra un nivel de actividad económica muy cercano o por arriba de la actividad económica estimada bajo un escenario sin Covid; Media: recuperación económica por arriba del nivel pre-Covid pero por debajo del crecimiento esperado; Baja: cerca del nivel de actividad económica pre-Covid, pero muy por debajo del crecimiento esperado; Muy baja: muy por debajo del nivel de actividad económica sin Covid y muy lejos del crecimiento esperado. 

En la aplicación del Indicador de Recuperación Económica Estatal (IREE) por estado en forma  trimestral, hasta el tercer trimestre del 2020, cuatro estados muestran una recuperación económica alta, 10 estados media, 11 baja y siete muy baja.

Sonora es el estado menos afectado económicamente por el Covid. Baja California Sur es el estado más alejado de su crecimiento esperado: un 20% por debajo de lo que se esperaría sin Covid. Puebla fue la tercera entidad con la recuperación económica más baja del país, se encuentra dentro de los siete estados con recuperación muy baja, solo arriba de Aguascalientes y Baja California Sur.

Como podemos ver con los indicadores la crisis se ve muy complicada por lo que el IMCO da algunas recomendaciones a los estados al respecto. De entrada menciona que, las crisis pueden convertirse en oportunidades si se cuenta con una alta capacidad de adaptación y flexibilidad.

Para que las entidades tengan una recuperación económica acelerada el IMCO Propone: Diversificar la economía hacia sectores de mayor crecimiento. 

Los sectores más orientados al exterior, que agregan valor a lo que producen mediante el conocimiento, ayudan a sobrellevar mejor las crisis.

Revisar y redefinir la estructura económica de los estados. Usar herramientas de subsidio para reorientar los cambios de actividades económicas en los estados.

Abandonar la idea de “vocaciones productivas”. Está anclada en el pasado. Se requiere visión de futuro en los sectores con potencial. Encontrar ventajas comparativas y convertirlas en competitivas.

Asimismo, siguen siendo importantes las recomendaciones que el IMCO hizo el año pasado, en el marco de su Índice de Competitividad Estatal, para los gobiernos estatales, los cuales deben concentrarse en: Recuperar sus responsabilidades fiscales; Tomar el control de la seguridad pública; Innovar en el sector salud, al aumentar la cobertura y la calidad con menores costos; Incrementar la oferta educativa pública y privada; Estimular la libre competencia y eliminar las prácticas de extorsión.

A nivel nacional: Dar certidumbre a la inversión en todos los sectores que sean lícitos; Usar los mercados de capital globales como una verdadera palanca para el crecimiento. Hacer de la BMV y BIVA bolsas verdaderamente globales mediante más y mejor información para los inversionistas; Entender mejor cómo las economías y los sectores globales influyen en el crecimiento de los estados, mediante el acercamiento directo de los gobernadores a esos países.

Nuestra tarea consiste en dar seguimiento en relación al cumplimiento de estas recomendaciones, porque de acuerdo al rumbo que sigan, podremos conocer el tiempo que puede tardar en volver al carril de crecimiento económico, esperando que se evite el estancamiento o el retroceso.

 

Gracias.

 

avalerdir@hotmail.com

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Salir de la versión móvil