Como en los tiempos más álgidos de la lucha universitaria las calles de Puebla se volvieron a abarrotar de estudiantes (más de 10 mil) esta vez por una causa razonable, la exigencia de justicia.
La muerte de jóvenes estudiantes de medicina, tanto de la BUAP como de la Upaep ,
a manos de delincuentes alcoholizados y drogados, ha generado al repudio y la indignación, no solo de la comunidad estudiantil, sino de la sociedad poblana.
Y es que el homicidio que evidencia el hecho de que las autoridades, al menos de Huejotzingo, están rebasadas, paso fronteras porque entre los asesinados había dos colombianos que su único pecado es meterse en una zona altamente delictiva.
Surgió el grito de alto a la inseguridad.
Las consigas retumbaron al paso del enorme contingente en las calles céntricas de la capital poblana:
“Señor, señora! no sea indiferente; se matan estudiantes e la cara de la gente”, “Salvaos vidas y nos quitan las nuestras”, “Nos faltan estudiantes, nos sobra delincuentes”, “Ni una bata menos”.
Tenía quizá más de 20 años que no se registraba una movilización de tal magnitud.
Esta vez con un fin justificado.
Ni pleitos internos ni luchas ideológicas.
Una exigencia por sed de justicia.
Y No fueron solo estudiantes del área de la salud de la BUAP, a esta demanda se sumaron los alumnos de medicina de la Upaep y los conductores de la plataforma Uber.
Más de ocho mil o más de diez mil, da igual.
El hecho es que la voz fue fuerte para gritar un ¡ Ya basta! a toda esa inseguridad en zona como Huejotzingo en donde la delincuencia se ha apoderado y rebasado a las autoridades
Leave feedback about this