Lunes, 16 de enero de 2023
En estos momentos nos queda claro que vivimos una época de mucha complejidad, en donde
los seres humanos enfrentamos nuevos retos que están rompiendo rápida, y profundamente
paradigmas que se han desarrollado y establecido desde el inicio de la historia conocida y en
donde el humano ha llegado a tal avance de adaptación y evolución que ahora parece tener
enfrente una gran decisión que puede significan una gran ruptura o desconexión.
Veamos al respecto algunas ideas. En el “ESTRACTO DE LA SINGULARIDAD TECNOLÓGICA:
¿Mito o nueva frontera de lo humano?, presentado por el investigador de la Universidad de
Sevilla, José Manuel Elena Ortega, menciona, “En junio de 2008 el magazine Spectrum, única
publicación que el Institute of Electrical and Electronics Engineers (IEEE) distribuye de manera
necesaria a todos sus miembros, estuvo dedicado en a la Singularidad Tecnológica, definida
como el momento clave en la evolución de la humanidad en el que podríamos contemplar
cómo las máquinas obtendrían niveles de inteligencia equivalentes a la inteligencia humana,
haciendo entonces posible la migración de nuestra mente y consciencia a una de ellas. El hecho
de que el IEEE dedicara un Special Report a la Singularidad Tecnológica implicaba que no era un
tema que, tal y como pudiera parecer, perteneciera al género de la ciencia ficción. Lo que
descubrimos es un campo de investigación científica que parecía abrirnos camino a un nuevo
concepto de realidad en la que se manejaba la posibilidad de que, en un futuro no muy lejano,
las barreras entre las máquinas y los seres humanos desaparecieran. Las máquinas llegarían a
ser, aunque brevemente, tan inteligentes como los seres humanos que, a su vez, podrían
migrar sus contenidos mentales, su consciencia y habitar en el interior de ellas, tal vez en busca
de una inmortalidad ¿tecnológica?
En realidad, lo más impactante fue, quizás, el hecho de que prestigiosas figuras del
pensamiento científico, tecnológico y filosófico participaran en este debate, algunos negando
toda posibilidad a la Singularidad Tecnológica y otros tan convencidos de su proximidad en el
tiempo que manifiestan estar modificando sus hábitos de vida para, al vivir durante más años,
conseguir llegar a ella. Por una parte, está implicada la Inteligencia Artificial en su aspecto más
fuerte, y por otro el objetivo a conseguir es el desplazamiento de una mente humana desde su
entorno natural al interior de una máquina, de un ordenador, donde pueda residir
permanentemente una vez realizado el proceso de migración. La mayoría de los autores
coinciden en que la Inteligencia Artificial, en esencia, consiste en lograr que una máquina tenga
inteligencia propia, definición que admite muchas aproximaciones conceptuales diferentes,
para algunos autores la Inteligencia Artificial es el estudio de cómo hacer que los ordenadores
hagan cosas que, en estos momentos, hace mejor el hombre, para otros, es una ciencia que
intenta la creación de programas para máquinas que imiten el comportamiento y la
compresión humana, que sean capaces de aprender, reconocer su entorno y pensar. En
síntesis, sea cual sea el concepto, la Inteligencia Artificial está orientada a conseguir que las
máquinas realicen trabajos donde se aplique la inteligencia, el razonamiento y el conocimiento
de un ser humano”.
“Basta con escuchar, leer, observar y, en definitiva, analizar lo que sucede a nuestro alrededor,
para ser conscientes de que la Inteligencia Artificial en sus distintas vertientes va a ser, y de
hecho está siendo, el principal motor de la economía y el crecimiento industrial, en sus
vertientes civil y militar. Es tal la importancia y repercusión que sobre nuestro destino tendrá la
Inteligencia Artificial que están surgiendo importantes movimientos éticos, filosóficos, morales
e incluso de carácter económico y político para conseguir lo que se ha dado en llamar
Inteligencia Artificial amigable mediante el control de todo este proceso y, de esta forma,
intentar evitar que lo que estamos realizando se convierta en una grave amenaza para el futuro
de nuestra especie. Si a todo esto añadimos la escasa posibilidad de limitar estos avances, pues
nunca el ser humano ha dejado de hacer aquello que estaba a su alcance, parece quedar bien
claro el posible valor mediador y de configuración de la Filosofía en un evento que ha sido
comparado con la Revolución Industrial en su capacidad de producir un giro fundamental en el
entorno de lo humano”.
Yuval Noah Harari, en su libro Homo Deus, Breve historia del mañana, menciona que “el
avance de la ciencia y sus nuevos descubrimientos y aplicaciones está socavando la filosofía
liberal, que reconoce a cada humano como un individuo único y valioso, cuyas opciones libres
son la fuente ultima de autoridad, pero hoy en el siglo XXI “Los humanos perderían su utilidad
económica y militar. El sistema encontrado valor en los humanos colectivamente, pero no en
los individuos. El sistema seguirá encontrando valor en algunos individuos, pero serán una
nueva elite de superhumanos mejorados y no la masa de la población, llevando hacia el credo
más conservador del tecnohumanismo, que sigue viendo a los humanos como la cúspide de la
creación y se aferra a muchos valores humanistas tradicionales. El tecnohumanismo conviene
en que Homo sapiens, tal como lo conocemos, ya ha terminado su recorrido histórico y ya no
será relevante en el futuro, pero concluye que, por ello, debemos utilizar la tecnología para
crear “Homo Deus”, un modelo humano muy superior. Homo Deus conservará algunos rasgos
humanos esenciales, pero también gozará de capacidades físicas y mentales mejoradas que le
permitirán seguir siendo autónomo incluso frente a los algoritmos no conscientes más
sofisticados. Puesto que la inteligencia se está escindiendo de la conciencia y se está
desarrollando a una velocidad de vértigo, los humanos deben mejorar activamente su mente si
quieren seguir en la partida”.
Como podemos ver, la carrera evolutiva esta activa, no sabemos cuál será el desenlace, pero
será crucial en la idea de una nueva era y un nuevo “SER”. Gracias