SEMILLA DEL FUTURO
ARMANDO VALERDI
Las perspectivas del mundo en que vivimos cambian constantemente, por lo que creo
importante ver lo que otros piensan al respecto. Joseph Campbell, mitólogo, escritor y profesor
estadounidense dice que “Debemos estar dispuestos a renunciar a la vida que hemos planeado
para poder disfrutar de la vida que está esperándonos”. Esta frase habla de la flexibilidad
mental, de estar abiertos a desaprender, a dejar en suspenso los conocimientos y los hábitos
desarrollados, para escuchar, percibir y considerar nuevas cosas. Lo interesante también, es
que esta frase la encontré en un libro que leí hace un par de años y que volví a hojear, me
refiero a la última novela de Dan Brown, “El origen”, publicada por editorial planeta en 2017. Al
volver a leer algunas notas que remarqué en su momento, recordé que el tema que aborda es
muy actual sobre todo cuando hemos comentado acerca de la Singularidad Tecnológica, y los
retos que se nos presentan como humanos en este nuevo siglo con el avance de la ciencia en
varias de sus ramas.
La idea central de la novela se basa en responder dos preguntas que han obsesionado a la
humanidad desde el principio de los tiempos: ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos?, pero además
quien da respuesta a estas preguntas, es una computadora cuántica llamada Winston, que a través de un
misterioso mensaje apocalíptico del científico Edmond Kirsch, (personaje ficticio) que en definitiva es el
verdadero leitmotiv sobre el que pivota toda la trama. Cristóbal Terrer Mota en su analisis de la novela dice
que “Un mensaje que bien podría haber salido de un episodio de Black Mirror, y que llama la atención
precisamente por eso, porque puede ser un futuro en el que ya hayamos entrado sin darnos cuenta”.
¿Ciencia ficción?, hasta donde, bueno en la novela sí, pero en la realidad lo que podemos ver al respecto se
puede asemejar, sobre todo cuando sabemos que en Silicon Valley, los gurúes de la alta tecnología
está elaborando nuevas tecnologías que prometen todas las recompensas antiguas (felicidad,
paz, prosperidad e incluso vida eterna), pero aquí, en la Tierra, y con la ayuda de la tecnología,
en lugar de después de la muerte y con la ayuda de seres celestiales. Estas nuevas
tecnorreligiones pueden dividirse en dos clases principales: tecnohumanismo y religión de los
datos.
Al respecto recordemos un poco de lo que el historiador Yuval Noah Harari, nos menciona en su libro Homo
Deus, publicado por editorial debate en 2016, “Después de que la revolución cognitiva transformó la
mente de los sapiens, hace más de sesenta mil años, convirtiendo a un insignificante simio
africano en el dueño del mundo, hasta donde sabemos, fue el resultado de unos pocos y
pequeños cambios en el ADN de los sapiens y de una leve reconexión de su cerebro.
Si es así, dice el tecnohumanismo, quizá unos pocos cambios adicionales en nuestro genoma y
otra reconexión de nuestro cerebro bastarán para poner en marcha una segunda revolución
cognitiva. Las renovaciones mentales de la primera revolución cognitiva dieron a Homo sapiens
acceso al ámbito intersubjetivo y nos transformaron en los dueños del planeta; una segunda
revolución cognitiva podría dar a Homo Deus acceso a nuevos ámbitos inimaginables y
transformarnos en los amos de la galaxia”.
Como podemos ver, el reto es enorme, pero además considero no es la única perspectiva que
nos asombra en este momento con respecto a la evolución del humanismo, es una parte, es un
camino, pero hay otros más, como el caso del “Campo” punto cero. Al respecto Lynne
McTaggart, en su libro “El Campo”, publicado por editorial Sirio en 2002, nos dice que “Está a
punto de ocurrir una revolución tan atrevida y profunda como el descubrimiento de la
relatividad por parte de Einstein. Lynne McTaggart es periodista y escritora. Su libro El Campo
recoge muchos experimentos llevados a cabo por científicos en el ámbito de la física cuántica
que demuestran que la mente tiene poder para afectar la realidad de modos insospechados
hasta el momento.
¿En qué consiste “El Campo Punto Cero” ?: “es un descubrimiento de los físicos cuánticos.
Tiene que ver con un elemento de la física cuántica. Se trata del extraordinario campo cuántico
generado por el ir y venir ininterrumpido de la energía entre las partículas subatómicas. “El
matemático inglés Paul Dirac, un artífice de la teoría del campo cuántico, fue el primero en
postular que no existe la nada o el espacio vacío. Incluso si sacáramos toda la materia y energía
del Universo y examináramos todo el espacio ‘vacío’ entre las estrellas, descubriríamos un
mundo repleto de actividad subatómica. “En el mundo de la física clásica, un campo es un área
de influencia en el que dos o más puntos están conectados por una fuerza, como la gravedad o
el electromagnetismo. Sin embargo, en el mundo de las partículas cuánticas los campos se
crean por intercambios de energía. Según el principio de incertidumbre de Heisenberg, una de
las razones por las que las partículas cuánticas son, en última instancia, imposibles de estudiar
es porque su energía siempre se está redistribuyendo a través de un patrón dinámico”. Sin
duda hay mucho que decir e investigar del “Campo Punto Cero”, pero por hoy solo dejare la
inquietud, para que en el futuro lo comentemos nuevamente, sobre todo porque es un
desarrollo del ser humano y su crecimiento exponencial. Gracias