28 septiembre, 2025
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Diario de algunas afectividades poblanas.

Por: Angulo Torres Melchisedech.

 

Los Ángeles han sido testigos de instrucciones que la ciudad ha recibido del Altísimo. Nos queda pedirle al señor su bendición para las democracias por venir y que motive a los que ejercen el poder, que multipliquen sus buenas acciones y la paz (tan necesaria) reine en nuestras tierras, en las vecinas. Es bueno el sacrificio, tiene su recompensa; no hay que rendirse por que con creer algo lo lograremos.

El destino nos tiene también guardadas grandes sorpresas. El tiempo se torna frío y cruel, pero también trae consigo aires más ligeros, por que hay que aligerar nuestra carga, y momentos más emocionantes, por que si nosotros aprendemos algo, es por que lo hacemos en la emoción. Llegará una nueva época, no sólo más auténtica y con estilo, sino ingeniosa e interactiva.

Ya nos hemos deleitado con los estilos heredados desde el prerenacimiento hasta las vanguardias y estas impresiones dan para más creación. De oriente a poniente, de norte a sur. Hemos viajado también por medio del arte y en los últimos días, emprendido nuevas rutas en nuestro trayecto, no sólo repliegues sino también despliegues; no hacer el punto, trazar la línea.

El modo en que hablamos nuestro idioma es muy hermoso en comparación con otras lenguas similares. La combinación que existe en nuestra cultura es única. Basta observar los detalles en la Capilla del Rosario para darse cuenta que con las manos podemos hacer cosas increíbles. Esas son nuestras intensidades, expresadas en los afectos; más que acento, tonalidad sin igual.

La mayoría de las veces hay algo gracioso en la expresión, quizá sea lo único que nos queda, pero ese rasgo es muy característico, siempre sabemos que “no hay nada que celebrar”, y aún así, la alegría permanece. Tenemos palabras simples para describir situaciones, sin necesidad de contextos, hay conceptos para cada tipo de persona, sin corregir errores ni reconocer los aciertos.

Algunas personas que no son de acá, llevan un pedazo de este sitio en su corazón; por que si saberlo, han pisado un territorio donde para las culturas originarias habían cuatro centros de poder, en los puntos cardinales. Por ello somos extranjeros en nuestra propia tierra. Sabemos dar asilo al forastero y fabricar muy buenos muebles rústicos. En las representaciones vemos y son vistas algunas de nuestras escenas.  

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