28 septiembre, 2025
Av. 32 Pte. No. 316 Col. Santa María, 72080 Puebla, Pue.
Columnas

SEMILLA DEL FUTURO

La ruptura brusca en que se nos está presentando el cambio de una civilización a otra lo podríamos calificar como una transición disruptiva, porque como  podemos observar en este momento buena parte de lo que se construyó en el siglo XX está siendo arrasado, en algunas ocasiones a causa de la marea de la nueva era, y en otros casos, muy grave por cierto, por la ignorancia de la realidad de muchos de los dirigentes gubernamentales actuales.

Con respecto al término disrupción,  Ajay Banga, dice que “La amenaza de la disrupción atemoriza a la mayoría de la gente”, por lo que podríamos considerarla como uno de los síntomas que está influyendo en el comportamiento social actualmente. Es importante entender como el miedo está afectando el comportamiento de la sociedad mundial.

Sabemos que el cambio ha sido una constante en el desarrollo de la humanidad, no obstante en este momento está mostrando una gran velocidad y profundidad que se manifiesta con tal brusquedad que causa ruptura, por lo que podemos calificarlo de disruptivo.

Bernhard Von Mutius, en su libro pensamiento disruptivo publicado por ediciones obelisco en 2019, nos dice “Un fantasma recorre Europa: la disrupción. Nuestro mundo se ha vuelto  inseguro. Lo notamos en todos los terrenos. No solo en la economía, donde empresas emergentes innovadoras ponen en tela de juicio los modelos de negocios tradicionales y con ellos la existencia de compañías  establecidas. También asistimos a cambios profundos en el ámbito social, cambios capaces de desbancar nuestro conocimiento empírico habitual. Estamos asistiendo a la transición de un mundo viejo a otro nuevo. La cosa va mucho más allá de la mera digitalización de las distintas esferas de la vida, pues afecta a los propios fundamentos de nuestra vida económica y social”.

Dentro de este contexto es importante contar con lo mencionado en el trabajo colaborativo denominado “Manifiesto por el progreso social, ideas para una sociedad mejor, coordinado por Marc Fleurbaey publicado por CIDE en 2020, que nos dice “Las décadas recientes han vivido el declive mundial y la ampliación de la democracia en muchos países del mundo. No obstante, mucha gente siente que también ha sido un periodo de reveses sociales; reina una atmosfera general de escepticismo sobre la posibilidad de un progreso social de largo plazo, por no mencionar la de una transformación más profunda que revierta las injusticias sociales prevalecientes. En los tiempos que corren, mucha gente ha perdido la esperanza en el futuro y cree que la siguiente generación estará peor.  No solo ven aumentar las dificultades en la vida diaria, sino que ya no creen en las ideologías y sus promesas sobre el futuro, esas que inspiraron los movimientos sociales y políticos del siglo XX”.

Alvin Toffler nos hizo ver que el cambio “Es una fuerza concreta que cala hondo en nuestras vidas personales, que nos obliga a representar nuevos papeles y que nos enfrenta con el peligro de una nueva enfermedad psicológica, turbadora y virulenta. Podemos llamar «shock» del futuro a esta nueva dolencia, y el conocimiento de sus causas y sus síntomas nos ayudarán a explicar muchas cosas que, de otro modo, desafían el análisis racional. Mucho de lo que ahora nos parece incomprensible lo sería mucho menos si mirásemos con ojos nuevos el ritmo precipitado del cambio, que a veces hace aparecer la realidad como un calidoscopio que se ha vuelto loco. Pues la aceleración del cambio no afecta únicamente a las industrias y a las naciones”.

Toffler también menciona que “casi invariablemente, el estudio de los efectos del cambio se centra más en el destino a que éste nos conduce que en la rapidez del viaje. Y que el ritmo del cambio tiene implicaciones completamente distintas, y a veces más importantes, que las direcciones del cambio. Por lo que a menos que captemos este hecho, no puede ser fructífero ningún intento de comprender la adaptabilidad. Por lo que “Todo propósito de definir el contenido del cambio debe incluir las consecuencias de la rapidez de éste, como parte de tal contenido.  La aceleración del cambio en nuestro tiempo es, en sí misma, una fuerza elemental. Y este impulso acelerador acarrea consecuencias personales y psicológicas, y también sociológicas. Y a menos que el hombre aprenda rápidamente a dominar el ritmo del cambio en sus asuntos personales, y también en la sociedad en general, nos veremos condenados a un fracaso masivo de adaptación”.

Porque para enfrentar este cambio no basta con entender el presente, es necesario no solo entender sino explorar, anticiparse a los problemas para modificar el futuro. Al respecto   Sohail Inayatullah nos dice en su participación en el quinto libro publicado por  BBY OpenMind que “Los estudios del futuro consisten en el estudio sistemático de futuros posibles, probables y preferibles, incluidas las visiones del mundo y los mitos que subyacen a cada futuro. Durante los últimos cincuenta años aproximadamente, el estudio del futuro ha pasado de predecir el futuro para determinar futuros alternativos a configurar los futuros deseados, tanto a nivel colectivo y externo como a nivel individual e interno”.

Por lo que para poder entender a que nos enfrentamos es necesario contar con herramientas confiables que nos ayuden a tomar decisiones en un clima de complejidad, conflicto e incertidumbre como el que hoy estamos viviendo, sobre todo en este momento en que es complicado visualizar los efectos de la pandemia, tanto en la economía como en nuestra forma de vivir.

 

Gracias.

 

avalerdir@hotmail.com

    Deja un comentario

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *