26 abril, 2025
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Columnas

Políticas de las diferencias

El rompimiento de la superficie.

Por: Angulo Torres Melchisedech.

 

El problema de la clínica es el deslizamiento de la formación de una desorganización creadora (y progresiva) o de una organización a otra. Es también el problema de la crítica: determinación de niveles diferenciales en los que el lenguaje cambia de dimensión, la palabra coexistente de naturaleza, y el sinsentido de figura. En principio, las grotescas semejanzas son tramposas.

El lenguaje de la esquizofrenia lo reconocemos sin esfuerzo y con pavor. Medimos la diferencia de sus problemas: la distancia que separa el lenguaje emitido en la superficie del lenguaje tallado en las profundidades de los cuerpos. Los lenguajes de superficie aburren, pues no se apoyan en el corazón. Es preciso que surja de la angustia cuando hacemos que hable la lengua, cuando inventamos un lenguaje.

Se sacia del dolor ajeno quien está harto de una comida bien servida. En su escrito huele la obra de un hombre que come bien. El problema esquizofrénico de la vida, la muerte y del sufrimiento es sentir el verdadero problema de un lenguaje en profundidad, no el empeño de instaurar un lenguaje de superficie. Hay textos cuya densidad y belleza son clínicas.

Insoportables paradojas en ocasiones son animadas por palabras rebeldes que se resisten a cualquier procedimiento. A veces también la definitiva y radical extrañeza es una extraordinaria familiaridad. El sentido permanece sobre su propia línea, aunque recorra toda la superficie. Sin duda un sentido corporal (sus pasiones, acción y mezclas) es resultado de cosas inmateriales.

El resultado es de una naturaleza incorporal, el sentido como efecto se remite a una causa incorporal: el sinsentido, siempre dinámico distribuye el sentido sucesiva y simultáneamente, en dos direcciones a la vez. El efecto de espejo como organización de superficie donde se juega toda la obra entre profundidad y superficie.

Para cualquier esquizofrénico ya no hay superficie, revelación que anima su genio, por que la vive a su modo: para ellos, no es otra cosa, no se trata más que de profundidad. Alicia es una niña amanerada, abrigada de todos los problemas que hay en el fondo. Que la superficie ha reventado se ha hecho la primera evidencia esquizofrénica.

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