La Facultad de Publicidad de la UPAEP está siempre preocupada en poder abonar y apoyar a la sociedad de alguna manera, y en estos momentos en donde nos encontramos inmersos en situaciones relacionadas con las campañas políticas y del interés que hay en la sociedad por éstas, creemos pertinente hablar del político como marca, comentó María del Carmen Williams Pellico, Directora de la Facultad de Publicidad de la UPAEP.
Todos los políticos tienen una marca que los representan y son los partidos políticos, y en estos momentos, todos los sectores de la sociedad y en particular los partidos están pasando por un periodo muy difícil, porque no es romper un paradigma para lanzar un nuevo paradigma, sino es enfrentarse a un nuevo paradigma, porque no se van a usar cosas del pasado para reconstruir algo nuevo y prometer que se van a solucionar todos los problemas que aquejan a la sociedad.
La sociedad ¿qué espera tener? cuando detrás de ella hay una filosofía de años entre los partidos y políticos que es “El que no transa, no avanza”, y que ha estado presente durante muchos años, expresó Oscar de Juambelz Evans catedrático de la Facultad de Publicidad de la UPAEP.
Dijo que la sociedad ya se dio cuenta de esta afirmación que comenzó como un chiste “El que no transa, no avanza”, de que es cierto y que es lamentable también que haya gente que se identifique con esta filosofía, en donde sólo busca el poder y el dinero, porque de lo contrario, serán aplastados.
Y ante la actual situación que están viviendo los mexicanos, muchos se están cuestionando, quiénes son los que realmente tienen problemas, los políticos o el pueblo, y podemos decir que el pueblo, porque durante muchos años nos han hecho creer eso, de que “necesitamos de un capataz o diez, que nos guíen, que nos digan qué hacer, cuando esto, no es cierto”.
Agregó que el pueblo puede decidir. Y lo vimos con los Mayas, Aztecas, Chichimecas y demás culturas del pasado, tenían consejos de ancianos que juntaban al pueblo y escuchaban lo que le pasaba y con su experiencia hablaban y proponían. Se repartían las cosas para solucionar los problemas. No como sucede ahora en los tiempos actuales. “No eran los dueños del Congreso, que en la actualidad siguen siendo las mismas familias por años” que se pasan los puestos de generación en generación y con otros familiares.
Por lo tanto, encontramos una sociedad partida, en donde la sociedad que tiene miedo de que no tenga a un “pastor ovejero encima y la sociedad que dice, yo tengo derecho a ser libre, hacer de mi vida un papalote, vivir bien mientras no afecte a los demás. Pero al pastor le vale gorro, si afecta o no a los demás, al decir que es por el bien común de todos. Cada uno de ustedes pueden pensar lo que quieran, cuántos años tiene el hospital de San Alejandro que quedó fuera de operaciones por el temblor, cuántas cosas de bien común se han deshecho y que en lugar de componerlas, mejor las tiro pero no te afecto”.
Los ciudadanos han pasado muchos años metidos en un agujero en el cual se le decía que era necesario tener a alguien encima que nos estuviera guiando, diciendo cómo se van a hacer las cosas, porque se cree que no teníamos la capacidad de razonar.