Gestión de los afectos privados y públicos.
Por Angulo Torres Melchisedech.
Los afectos siempre están presentes en la política. La vida pública implica distancia emocional. Por que la política gestiona los afectos en una dificultosa búsqueda del equilibrio. La lógica propia de la política no se conduce de manera recta. Pues la importancia de lo afectivo y lo personal existen. Es decir, todas las esferas influyen; habría que explicar lo complejo que hay en lo simple.
Ahora bien, no basta con reducir a la relación entre amigo- amigo y amigo- enemigo. Es algo complicado la generación de instituciones que tengan que ver con los afectos. Ya que los afectos no pueden ser eliminados de los seres humanos. Entonces, discurso es cualquier tipo de construcción de sentido; el sentido político de las cosas se deriva de lo discursivo.
La lucha política trata de dar un significado. Discurso también puede ser toda acción que produce sentido. Aquí los afectos y las pasiones juegan un papel fundamental: por ejemplo, en luchas como la latinoamericana, frente a establecimientos desarrollados como las instituciones. La tecnificación hace que se pierdan relaciones y vínculos sociales, como en el sistema de transporte.
El componente ciudadano va a pesar más que el elemento popular. La proposición ciudadana es un momento más frío. Vivimos una época en la que es difícil imaginarnos el futuro. Los mitos populares son más fuertes en tanto menos son definidos. Y hay condiciones culturales que buscan una reivindicación de manera general.
Tenemos que reinterpretar el proceso social de la lucha socialista con una búsqueda democrática sin fin. El día que se acabe la democracia, será sustituida por una administración de los conflictos. Confundimos la instauración de algo hegemónico con una totalización. Dado que ni la historia tendrá fin ni el pluralismo será un objetivo renunciable.
