- Alrededor de 22 millones de mujeres conforman la población económicamente activa de México.
La economía, en femenino, evidencia que el sector es un pilar en la reproducción de la vida, el ejercicio social del poder fusiona al patriarcado con el capitalismo. De ahí que nuestra percepción de la sociedad esté estrechamente relacionada con la cultura de la dominación y marginalización. Así lo analiza la Dra. Natalia Quiroga Díaz en su libro Economía pospatriarcal. Neoliberalismo y después, un texto que cuestiona las violencias económicas y su relación con la perspectiva androcéntrica.
Durante la presentación de dicho escrito en la IBERO Puebla, la Dra. Nadia Castillo Romero, académica nuestra Universidad, reconoció que se trata de un texto de cabecera para el movimiento feminista que busca desmantelar la división sexual del trabajo.
Reconoció que la incorporación de la población femenina al trabajo ha promovido la duplicación de las jornadas, pues las mujeres no solo deben trabajar, sino hacerse cargo de sus familias. “El trabajo doméstico y del cuidado está configurado en explotación: producción de valor no reconocido ni remunerado. La economía feminista ha contribuido a la crítica del individualismo”, dijo.
Al recuperar el contexto sudamericano, la Dra. Castillo Romero señaló que en Argentina han existido algunos casos de economía social y solidaria con perspectiva de género, en los cuales la división sexual del trabajo es desarticulada a través del trabajo perseverante y equitativo.
Economía pospatriarcal llega a las y los lectores en tiempos complejos, lo cual lo vuelve profundamente pertinente y necesario. La Dra. Amaranta Cornejo Hernández, coordinadora de la Maestría en Comunicación y Cambio Social, evocó el caso Ingrid Escamilla y la convocatoria al Paro Nacional de Mujeres del próximo 9 de marzo como dos momentos clave en la coyuntura nacional.
Señaló la importancia de arrebatar los modelos económicos de las manos de las estructuras heteropatriarcales capitalistas. “Las violencias crueles son una forma de controlar a una población que, eventualmente, se revelaría. Esto también está presente a través del capitalismo gore”, dijo.
“Los espacios de economías sociales y solidarias buscan reconocer que todas y todos podemos resolver necesidades colectivas. De ahí el fracaso del capitalismo: creer que, si no nos pagan, nuestro trabajo no tiene valor”: Dra. Natalia Quiroga Díaz.
El feminismo es entendido como una acción en común. La mujer, como centro, invita a llegar a un vivir que no se base en la dominación, sino en la colaboración. La académica reflexionó sobre cómo replicamos los modelos sociales en nuestro diario vivir. “Este libro abre la posibilidad de reconocernos como seres interdependientes”, concluyó.