Iniciado para exigir justicia y protestar por la inseguridad en Puebla, el movimiento estudiantil se ha convertido en una manifestación nacional que ya nadie para.
Es un movimiento que va cobrad fuerza y relevancia, y cada vez parecería mayúsculo a incontenible, sin represiones, NO por el momento.
Es un movimiento que exige justicia, que protesta por la inseguridad y al cual se han sumado grupos de la sociedad civil, aunque también partidos que han politizado esta auténtica lucha.
Hoy, la convocatoria de la Universidad Nacional Autónoma de México ( UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN) demostrará la fuerza universitaria y se advierte que superará las manifestaciones de protesta por las desapariciones de los 43 en Ayotzinapa.
Ignorar este movimiento no es conveniente para nadie.
Por eso en Puebla, ya se dio respuesta de manera inmediata a esas exigencias.
La detención “relámpago” de los presuntos asesinos de tres estudiantes de Medicina de la BUAP y de la Upaep lo mismo que de un conductor de Uber, desactivó lo que habría significado un descontrol.
El que haya “rodado” la cabeza del secretario de Seguridad, Idelfonso Amézaga, Vicealmirante de la Secretaría de la Marina (Semar) también fue parte de la respuesta inmediata del gobierno a la inconformidad expresa de estudiantes.
Esto no acabará en pocos días.
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